Una serie de productos en varias colecciones que destacan por su ornamentación.
Una vez conseguido la mezcla óptima de agua y arcilla, es decir, del barro, este es extendido, retirado y lavado dentro de los diferentes moldes existentes. A los pocos días, estando el barro un poco más duro, se vuelve a lavar su cara, previo asentamiento de la pieza, y se deja secar al aire libre bajo unas circunstancias muy específicas ( evitando el sol directo, así como el fuerte viento). Una vez secas, se liman los cantos y se introducen en el horno.
El combustible utilizado para su cocción, a base de materias orgánicas como la cáscara de almendra o hueso de aceituna, es totalmente anticontaminante. Con este combustible se consigue el color flameado auténtico y genuino propio de las características de la arcilla. No hay ninguna pieza que sea igual a otra en este sentido. La cocción es lenta y alcanza hasta los 1.050 grados. Una vez cocidas las piezas, se clasifican una por una, para su posterior paletización, retirando las defectuosas.
El barro cocido esmaltado se utiliza para revestimientos de paredes junto con una gran cantidad de elementos de remates y decorativos. Tambien se fabrican piezas especiales como peldaños para escaleras junto con sus remates y rosetones decorativos.
En el siguiente video podrá comprobar las técnicas de fabricación de este material que siguen siendo totalmente artesanales.